Madre del amor hermoso. Han pasado por lo menos tres meses desde la última vez que publiqué algo por aquí. Me despedía en navidades comentando que necesitaba vacaciones, pero que dudaba que me las pudiera tomar. Y en efecto, han sido tres meses infernales en los que apenas he tenido tiempo para algo tan básico como socializar o enterarme de lo que pasaba en el mundo. Porque, para colmo de males, me quedé sin FB, y el Twitter me dejaba interactuar lo justo.
Por una parte me decía «Bien, así puedo concentrarme en currar y nada más». Por otra, cuando encontraba la oportunidad de echar un vistazo a lo que se hablaba por las redes… Vamos, ha habido unas cuantas veces que me he llevado las manos a la cabeza y he pensado «Mejor me vuelvo a mi reclusión y vivo más feliz sin enterarme de estas mierdas», sobre todo en discusiones en las que gente a la que aprecio se exaltaba sin control o se mostraba intransigente hacia quienes acusaba de intransigentes. Creo que esto último fue lo que más me dolió.
La cuestión es que cuando al fin parecía que iba a disponer de más tiempo y ponerme con nuevos proyectos de escritura (lo calculé en su día y me he pasado dos años corrigiendo y reescribiendo, así que echaba muchísimo de menos empezar algo de cero) comenzaron a caerme desgracias encima que me dejaron muy KO. A eso hay que añadir que he desarrollado un importante déficit de atención audiovisual y en su día me encontré con que no solo era incapaz de leer para distraerme (podía pasar veinte páginas y descubrir que no me había enterado de nada), sino que tampoco podía ver la tele. Las imágenes pasaban por delante de mis ojos y, un buen rato después, me daba cuenta de que no sabía lo que estaba viendo. Eso también ha afectado mi trabajo, y algo que de normal me llevaría una hora me costaba tres. No os hacéis una idea de lo frustrante que es.
Para ayudarme a despejar, decidí aceptar un curro de profe, cubriendo una baja. Ya sabéis, salir de casa, respirar otro aire, hacer algo diferente, distraerme. No se me ocurrió fijarme que las fechas eran un tanto malas y que la evaluación final (he estado dando clase a alumnos de ciclo de último año) estaba a la vuelta de la esquina, así que me he pasado semanas corrigiendo trabajos y exámenes a saco, acostándome a las diez de la noche porque el cuerpo no me daba para más y levantándome a las cinco de la mañana para terminar lo que me quedaba pendiente (en parte, también por culpa del déficit de atención audiovisual que os comentaba). Lo bueno es que empiezo a sentir que no tengo la mente tan embotada; lo malo es que he estado algo más de un mes sin otra vida más que ser profe. De escribir, nada de nada[¹].
Afortunadamente (aunque me arriesgo a cabrear a los hados al comentarlo), parece que la cosa se está estabilizando y que en abril volveré a disponer de tiempo para escribir (por fin he terminado el primer capítulo de mi siguiente proyecto; me ha llevado mes y medio escribir diez míseras páginas, pero me siento con fuerzas para continuar a buen ritmo). Por otro lado, empiezo a leer de nuevo (despacito, pero al menos me entero de lo que me están contando) y he encontrado un par de series que consiguen que esté atenta. Todo eso se traduce en que, además, podré postear con regularidad y recuperar el contacto perdido en las redes. Así que preparaos porque tengo muchas cosas que contaros. Oh, sí.
BITCHES, I’M BACK!
Nota [¹]: para ciertas personitas a quienes prometí este proyecto nuevo, siento el retraso, pero quiero creer que la espera merecerá la pena.
¡Hola Felicidad!
El sindrome de deficit de atención es algo muy grave. A veces son meras crisis por causas desconocidas, otras simplemente estrés. En mi caso sufro una variable que a veces también me afecta de forma similar, por lo que comprendo lo que es estar viendo pasar la vida como si no te estuvieras enterando de nada. Intentas concentrarte y no retienes nada. Y lo peor es que no lo entiendes y es casi imposible de asimilar. Es duro. Y más duro que el resto del mundo te comprenda del todo. Ánimo.
Me alegro de leer el último parrafo. Poco a poco, espero que te puedas recuperar al 100%. Un abrazo 🙂
¡A mis brazos, apañero! Ains… La verdad es que se pasa mal, sobre todo cuando hagas lo que hagas nada funciona. Mi esperanza es que, como dices, sea cosa de los meses de estrés continuado que he vivido (contando también los últimos meses del año pasado) y que, pasada la vorágine, poco a poco pueda volver a mi estado normal. 😀
Un abrazote ^_^
Primero lo primero: que bueno que estés otra vez por aquí!!, has pasado mucho estrés por lo que cuentas y no me puedo imaginar lo dificil que tiene que ser el déficit de atención audiovisual, espero que pase poco y poco y luego sea solo un mal recuerdo. (no poder leer es definitivamente una de mis peores pesadillas)
Un abrazo y a tope con los nuevos proyectos!!
Asias ^_^ En efecto, voy poquito a poco, pero siento que hay salida… desde que ayer pude ponerme delante del ordenador y escribir como si estuviera poseída. Uiiih, cómo lo echaba de menos =)