Hace ya un tiempo, tras publicar la entrada «Finalistas Ignotus 2017: una reflexión breve no tan breve», tuve la oportunidad de mantener una conversación por Twitter con Iria G. Parente, que ha escrito a cuatro manos novelas como Rojo y oro o la trilogía Secretos de la luna llena, entre otros títulos juveniles, junto a Selene. ¿Qué propició dicha charla? Pues que en una de las anotaciones de ese artículo comenté que tenía la sensación de que había un desprecio, por parte de los votantes de dicho premio, hacia la literatura juvenil (donde, precisamente, predomina la presencia de autoras) y que quizás por ello no ha habido tantas nominadas en los veintiséis años que llevan vigentes los Ignotus.
Bueno, bueno. Antes de nada, quiero recalcar algo que ya comenté en dicha entrada y añadir un punto extra:
- Durante muchísimo tiempo los votantes han sido pro cifi, y eso se reflejaba tanto en el listado de finalistas como en los ganadores. Así pues, teniendo en cuenta lo poco que nosotras nos prodigamos en este género (mientras lo petamos en fantasía), parece lógico que nuestros nombres no salieran más a menudo.
- Sí que ha habido nominaciones a obras de corte juvenil, pero de autores extranjeros en su mayoría. Y decir autores no es emplear el masculino genérico. Es como si autor y extranjero subiera puntos en excelencia, y entonces ya no importa que sea juvenil: la obra se convierte en «literatura».
Aclarado esto, prosigamos…
Durante la conversación con Iria me resultó evidente la rabia que esta llevaba dentro y el grito de «Estoy hasta los cojones de vuestro desprecio». Bueno, no lo dijo con esas palabras, pero así lo sentí, y es que aunque soy una asocial de mierda también soy muy empática, y los prejuicios me sacan de quicio tanto si me afectan personalmente como si no. Este caso es uno de ellos.
A ver, no leo juvenil por motivos que ahora no vienen a cuento (y recalco el «leo»), pero jamás entenderé que se la considere literatura menor. Vamos a ver, coño, eso es como despreciar las obras de género fantástico porque solo el realista es mierda de la buena. Ante eso digo: y un cojón de vaca. No, no voy a pedir disculpas por mi francés; las cosas como son: el esfuerzo de escribir es el mismo, solo cambia el objetivo potencial. Por otro lado, asumir que los jóvenes no tienen criterio lector es como asumir que los frikis de cifi, por ejemplo, tampoco lo tenemos porque solo queremos navecitas, y listo. Oh, pues mira, ya que sale el tema, a ti, lector de cifi de la juena, te digo una cosa: no me desprecies porque también me gusten las batallas espaciales y la cifi palomitera. No es tan fácil de escribir como parece. Malditas etiquetas que solo sirven para crear guetos de superioridad…
Bueno, bueno, que me exalto toa y he venido a hablar de otra cosa. Como digo, después de aquella conversación, estuve dando vueltas a una idea: ¿Sería muy descabellado incluir la categoría de novela juvenil en los Ignotus y así darle el tratamiento/visibilidad que merece?
Por supuesto, para mí tenía todo el sentido del mundo. Además, ya tenía como referente a los Premios Kelvin que organiza el festival Celsius (consciente de que buena parte del grueso de sus asistentes es consumidor de literatura juvenil y el que forma las colas más largas para la firma de libros). Si solo tuvieran la categoría de novela nacional y extranjera, a secas, ¿cuántos miembros del jurado votarían por una novela juvenil? Sospecho que muy pocos; quizá ninguno; tal vez estoy metiendo la pata, pero de nuevo vuelvo a los Ignotus y lo que lleva sucediendo desde hace años. Así pues, no parece tan loco que se incluya la categoría en este premio, ¿no?
Sin embargo, y para mi sorpresa, cuando comenté esta reflexión con otra gente de mi entorno la respuesta fue un «No» rotundo. Paso a listar algunos de los argumentos que me dieron:
- A los Ignotus no le faltan categorías, le sobran.
- Es lo mismo que crear una categoría para autoras o de géneros específicos (cifi, fantasía, terror). Si la novela lo vale, no necesita un tratamiento especial.
- La lista de votantes se nos va a llenar de «críos» que pueden desvirtuar otras categorías con sus votos.
Ni que decir tiene que no estoy de acuerdo con los puntos 1 y 3, especialmente el último, pero sí es cierto que el 2 hizo que me parara a pensar con más detenimiento: el peligro de abrir la puerta a que los premios se llenen de siene y siene de categorías.
Subjetivamente, no me parecería mal que se incluyera la categoría de obra novel, por ejemplo, o de la que estoy hablando ahora: novela juvenil; aunque sí me parecería excesivo diferenciar por sexo u orientación o crear categorías de género literario específico cuando ya existen premios así, como por ejemplo los Nocte, entre otros.
Ahora bien, no consigo quitarme de la cabeza que la novela juvenil bien merece una categoría en los Ignotus, ya no por una cuestión de visibilidad, sino de reconocimiento.
Cierto es que las novelas juveniles que se publican en la actualidad no son como en mi época. Antes, las editoriales eran más estrictas con el contenido de dichas obras, mientras que ahora, si no me equivoco (y si me equivoco, que alguien me corrija), se permiten tacos, violencia, relaciones no normativas…, pero no sexo explícito, porque eso ya sería de adultos. Siendo así, escribir juvenil debería de ser fácil, no obstante, a mí no me lo parece. A lo mejor es que soy muy cortita, pero lo he intentado varias veces y he tenido que dejarlo por imposible. Por no hablar de que si de verdad fuera tan sencillo, y teniendo en cuenta lo bien que se vende el juvenil, muchos autores se habrían puesto a escribir alguna novela para sacarse unas perrillas, ¿no? Aunque claro, ¿no la escriben porque no se ven capaces, o porque no quieren «rebajarse»? El fantasma del prejuicio revolotea.
¿Qué quiero decir con todo esto? Bueno, para empezar, aunque no se puede entender la literatura juvenil como un tipo de formato o un género específico, a mí entender sí tiene una serie de características que la hacen reconocible cuando nos enfrentamos a su lectura, y la calidad, como cualquier obra de cualquier género, depende de la pericia de quien la escribe, no mengua por el público al que va dirigido. Por ello, sí creo necesaria la inclusión de esta categoría en los Ignotus, no en plan «Ay, pobrecito, vamos a dejar un huequito al nene, aunque nos ensucie la mesa», sino más bien «Te reconozco como uno más de la familia, con todo lo que ello implica». Y es que, le pese a quien le pese, juvenil no es sinónimo de literatura menor, como el fantástico tampoco lo es respecto al generalista. Tampoco es sinónimo de mala calidad, porque mira que se publica mucha mierda en la literatura adulta, pero a nadie se le ocurriría generalizar de esa manera a esta última, ¿verdad?
No sé qué pensaréis los demás, pero esta es mi postura, que se reforzó hará cosa de un mes cuando comenté en Twitter que estaba pensando escribir algo diferente a lo que estoy acostumbrada, y alguien respondió «Juvenil no, puaj». Me sentó como una patada en el estómago. Para mí fue como si me hubieran dicho «Space opera no, puaj». Ni me molesté en contestar y estoy segura de que esa persona no pasará del título de esta entrada o leerá el texto sin prestar atención a los argumentos, porque en su mente solo hay cabida para el «Puaj», nada más. Sea cual sea el caso, dejo ahí la pregunta:
¿Creéis que debería incluirse la categoría de Novela juvenil en los Premios Ignotus? ¿Razones a favor? ¿En contra?
Iba a decir que comulgo con lo que has dicho pero en realidad lo que quiero decir es que entiendo tu punto de vista. Sin embargo, y contestándote desde el punto de vista de lector y librero, realmente me asalta la cuestión siguiente: ¿Los adolescentes necesitan literatura juvenil?
Está claro que no les vas a dar El lobo Estepario, pero si en las escuelas e institutos se les dan clásicos para leer y en la televisión hay contenidos ‘no infantiles’ en las series adolescentes actuales ¿Por qué van a necesitar contenidos específicos en la lectura por ocio?
Creo que un lector entenderá de una novela lo que esté preparado para entender y el resto lo dejará pasar sin pena ni gloria, aunque puede que esté pecando de estrecha de miras por mi caso particular, que nunca fui una lectora típica en mi adolescencia.
Por un lado estoy de acuerdo con lo que dices. Por otro, discrepo en un tema: lo de los clásicos de obligada lectura, muchos de los cuales solo consiguen que los jóvenes le cojan tirria a leer porque no están en la edad adecuada para ello. No es que lo vayan a dejar pasar sin pena ni gloria. No sé si me explico.
Hay categorías en el Ignotus suprarrepresentadas (si vamos a lo fácil, poesía, que suele quedar desierta por la escasa producción, lectura y votos) y otras que, pese a ser muy populares, no se ven premiadas. La juvenil es una muy clara, sí y sería buena forma de abrir el fándom clásico a las «nuevas generaciones» (¿a que da rabia esto de las nuevas generaciones o las nuevas tecnologías?).
En cuanto al desprecio o los prejuicios sobre literatura juvenil, quería aportar un ¿matiz? Mi prejuicio particular al respecto tiene más que ver con la literatura escrita por jóvenes, no con la literatura juvenil en general: esta sí la leo y me llama, pero solo si está escrita por gente de cierta edad (¿30 para arriba? no sé) y, a poder ser, que no me insistan demasiado en que es juvenil. Me comunican en Twitter (@xurxodiz) que a este prejuicio se le llama «edadismo», aunque suele estar destinado hacia viejos.
¿Por qué hago esto? Es un prejuicio, así que no tiene mucho sentido, y ahí está Claire North para demostrar que no hace falta tener cuarenta años para escribir bien. Probablemente tenga algo que ver también con la barrera de entrada a escritores desconocidos por el mero hecho de no conocerlos («huy, si tengo un montón pendientes de gente que ya sé que me gusta»).
Y ya está. Te dejo por aquí, en público, parte de mis demonios-fobias, para ver si los exorciso algún día.
Conocía lo del prejuicio por la edad, aunque hasta ahora solo lo había oído en boca de autores poco conocidos en plan «¿Cómo es posible que ese niñato tenga una cola tan larga para firmar libros, y yo (que por supuesto, hago literatura de verdad), no?». Vamos, de los que les gusta llorar porque nadie entiende su arte y destila envidia por los cuatro costados. Pero vamos, que no lo había oído nunca como freno lector, aunque tampoco me extrañaría que haya más gente que piense así. Al menos, tú si eres consciente de que es un prejuicio y que esperas ponerle remedio algún día, que ya es mucho.
Estoy de acuerdo.
Y además de ser difícil escribir para jóvenes y como dice Jordi posibilitar su valoración y que los Ignotus tienen demasiados premios que en alguna ocasión quedan desiertos, quizás por deformación profesional y porque quizás (lo desconozco) hay poco publicado incluir también “Infantil” (o un premio conjunto).
Premio Ignotus a la mejor novela Infantil y/o Juvenil o por separado.
¿El cuerpo de votantes de los Ignotus lee literatura juvenil? Porque si no, no tiene mucho sentido que concedan un premio en un campo que ni conocen ni les interesa (pasaría algo así como con el premio a novelas YA de los Locus, que casi siempre va para autores ya conocidos por los votantes que incursionan esporádicamente en el mercado juvenil).
La literatura juvenil, aunque en muchos casos haga uso de elementos fantásticos, se mueve en círculos (comerciales, promocionales, de lectores, incluso de premios…) que no suelen coincidir en lo más mínimo con los mucho más modestos del fantástico adulto. No es cuestión de obras (o autores) de primera o de segunda, sino de círculos no solapantes. Forzar la inclusión no serviría más que para crear otra categoría inútil, como la de cómic (por las mismas razones; simplemente, al cuerpo de votantes no le puede importar menos el panorama nacional por lo que respecta al cómic, ya sea fantástico o no).
Y mira que yo sí que he incursionado en la literatura juvenil…
No veo necesaria la categoría (aunque tampoco estoy en contra de su creación, y seguramente votara a favor si se propusiera en asamblea); sí creo, en cambio, que habría que atraer a votantes jóvenes, y si gracias a ellos gana alguna juvenil el Ignotus a mejor novela, mejor que mejor.
¿Y quién le pone el cascabel al gato?, es decir ¿quién dice que esta novela/cuento es juvenil o infantil? Las categorías actuales tienen requisitos objetivos para que un escrito pertenezca a una o a otra.
Es el pricipal problema que veo.
Estoy de acuerdo con los tres (Sergio, José y Antonio). Para empezar, ¿de qué sirve crear una categoría cuando se sabe de antemano que el grueso de votantes no va a mirar para ella? Así pues, como decía Pilar Ramírez Tello por Twitter, hay que atraer a esos jóvenes como votantes a los premios. Ahora bien, la cuestión es: ¿les interesaría? ¿Qué es lo que perciben esos jóvenes sobre los Ignotus? ¿Saben siquiera lo que son? ¿Cómo se los podría atraer? Y es que si lancé la pregunta, fue precisamente por lo que comenta José: proponerlo en asamblea. Pero claro, si no genera interés por parte de esa nueva masa joven, para qué molestarse, porque estaríamos en la mismas, como bien comenta Sergio sobre otras categorías.
Por otro lado, lo del YA, es parecido a lo que ha comentado Conchi Regueiro en mi FB o, mismamente, lo que ha sugerido Teresa en el primer comentario. Es una etiqueta comercial más que real, porque ese YA es muy difuso. Y aquí, creo, estamos en las mismas. Si no hay una masa joven que se sienta atraída por los premios al añadir esa categoría y decida qué libros/títulos los «representan», pues mejor dejar las cosas como están.
En resumidas cuentas, me interesa más saber si incluir esa categoría atraería a los jóvenes a participar en los premios, o si sería un esfuerzo inútil. Claro que, también es pronto para llegar a una conclusión. Esto lo publiqué ayer. Dependiendo del feedback que vaya recibiendo, ya veré qué post escribo al respecto como conclusión/conclusiones.
Debería existir. Un si rotundo.
Abriría el mundo del fandom y el apoyo a la literatura a mucha más. Gente que a su vez entraría en su etapa adulta como lector con aún más catalogo de conocimiento. Es necesario. La producción juvenil es altísima, aunque solo rescato un pequeño porcentaje de la que a mi me atrae o me gusta ¿Quién no ha disfrutado de las aventuras de Yarvi en Medio Rey?. Pues si, eso lo firma un escritor como Joe Abercrombie, y si, es juvenil. Pero me voy a más ejemplos. Tenemos novelas juveniles de gran calidad como las que escribe Patrick Ness. ¿O es que las novelas juveniles de Roald Dahl no son una maravilla?
Existe un gran prejuicio que nunca he logrado entender. Yo he llegado a lo que leo ahora a través de estas novelas. No me creo ni más, ni menos, pero creo que podrían tener una categoría en los Ignotus con todas sus letras. E igual que me han llevado a mi, podrían llevar a cualquier otro a conocer nuevos horizontes.
Un abrazo, y fantastica reflexión.
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