La mirada extraña: Making of (I)

La mirada extraña es un proyecto muy personal, que me costó mucho sacar adelante y que, por un momento, pensé que estaba gafado y que el Universo intentaba decirme algo. Claro que, como en realidad no creo en magufadas, seguí trabajando y desesperándome hasta que, por fin, vio la luz.

Más de dos meses después de su publicación, me apetecía escribir por aquí algo parecido a lo que hice en su día con el relato La plaga. Ya comenté hace tiempo que la idea de componer esta antología surgió durante el Celsius de 2013, pero he pensado que quizás os resulte interesante saber de dónde salieron las historias, qué hay más allá de lo que cuentan o que solo se menciona en cada narración, curiosidades varias…

Eso sí, como va para largo la cosa, y para no abrumaros con tanta información, he decidido publicar varias entradas que, muy probablemente, intercalaré con otros post. Espero que os gusten.

ATENCIÓN: posibles SPOILERS

El origen de Los dioses de Amarán y En tierra extraña

Los dioses de Amarán nació como novela hace más de quince años, poco después de terminar la carrera. Acababa de leer la tercera de Ender y, como entonces funcionaba a base de retos, me pregunté si sería capaz de escribir algo del estilo. Tened en cuenta, además, que tanto La voz de los muertos como Ender el Xenocida me descolgaron la mandíbula. Cómo molaba eso de imaginar sociedades alienígenas con idiosincrasias tan diferentes a la humana. También había que añadir el hecho de que la descripción de los insectores me supo a poco; o mejor dicho, se me quedó corta.

En mi «genialidad» amateur, decidí que la novela arrancaría con una primera parte en la que todo indicase que se trataba de una historia de corte fantástico, mientras que en la segunda, ¡zasca!, el lector descubría que en realidad iba de ciencia ficción. Terminé la primera parte con la lluvia de meteoritos, y en la segunda conté las andanzas de Da (que por entonces se llamaba Sin) hasta que aterriza en el planeta Amarán. Luego la aparqué, no sé muy bien por qué (sospecho que por culpa de mi primer curro), y ahí quedó la cosa: en un cajón, durante años, aunque no del todo olvidado.

Tiempo después decidí convertirla en novela corta para poder presentarme a un concurso, pero después de la megacorreción que me hizo Antonio Rivas, decidí esconderme debajo de una piedra y no enviarla; eso sí, madre mía lo que aprendí con tanto texto en rojo. Y unos cuantos años después, también con intención de presentarme a un concurso, cogí la segunda parte (más cifi) e intenté convertirla en novela corta. Por supuesto, todo quedó en nada.

Así que, imaginaos, cuando alguien me comenta «Se nota que lo tenías todo muy bien pensado», pues qué voy a deicr salvo: en efecto. Quince años lleva esa historia rondando por mi cabeza y, hasta hace nada, convencida de que jamás saldría a la luz.

«Pero, pero… ¿por qué no escribiste la novela? ¿Por qué dejarlo como dos novelas cortas?» Bueno, claro que me habría gustado describir en profundidad el tema de las ruinas, del guardián, del cómo habían llegado a esa situación de inminente extinción, de todo lo que pasó después del choque interespecies, de Pequeña Esperanza… Pero eso fue entonces; ahora mis prioridades han cambiado.

Por otro lado, y con mi experiencia actual, sabía que mantenerla como novela habría supuesto, entre otras cosas, cambiar la estructura para conseguir una lectura más fluida, más profesional, y eso significaba perder en parte lo que buscaba en la idea original: recalcar la importancia de la perspectiva. Algo, para mí, fundamental en la intención/concepción de La mirada extraña.

Después de contaros esto quizás haya quien piense «Pues yo habría preferido una novela». No lo discuto. Es una cuestión de gustos. Sin embargo, en estos tiempos en los que parece que está de moda estirarlo todo, quiero reivindicar la novela corta. Creo que en cifi es tan necesaria como el relato. Lleva menos tiempo escribirla que una novela, permite desarrollar más los conceptos que puedan aparecer en un cuento y no hay necesidad de meter paja para justificar la relación precio/nº de páginas.

«Ya, pero te dejaste cosas sin explicar en profundidad». Ajá. Tampoco en Mad Max: Fury Road te cuentan al detalle cómo funciona la sociedad chunga que vemos, pero da suficientes elementos para que a) sea interesante, además de hacernos una idea general, y b) deje volar la imaginación. Vamos… Que a estas alturas deberíais conocerme más. Escribo lo que me gustaría leer, y en mi caso no necesito que me den las cosas mascadas. Es más: quiero mi espacio para especular, acierte o no en las intenciones del autor. Pero bueno, no voy a enrollarme mucho más con este tema. Me daría para una entrada a aparte. Hmmm… Mira, quizás la escriba.

Me queda aún mucho por explicar de estas dos novelitas respecto al trasfondo, pero esta primera entrega va sobre su origen (y la siguiente se centrará en el de Fuego cruzado y La perversión de la luz). No obstante, no quiero terminar esta entrada sin listaros unas cuantas curiosidades/anécdotas. Espero, en cualquier caso, que todo esto que os cuento os resulte lo bastante interesante para que, quienes os la hayáis leído y os haya gustado, queráis saber más de La mirada extraña. ^^

Curiosidades

  1. Cuando me puse a escribir la novela en su día decidí que en el documento de word no iba a aparecer nada en rojo. Así que escogí los nombres de los distintos personajes por su sonoridad, pero también porque eran palabras incluidas en el diccionario. Amarán (verbo), Liviana (adjetivo), Yugo (sustantivo)…, etc.
  2. Originalmente, el personaje de Da se llamaba Sin. No obstante, cuando cogí el texto para reescribirlo, me di cuenta de que Sin daba problemas de lectura en algunas frases (había que releer para darse cuenta de que era el personaje y no una preposición o el equivalente a no frente a un infinitivo), así que lo cambié.
  3. Sin, Da, Con, Pin… Decidí que la especie instectoide tuviera nombres monosilábicos. La única excepción es Yugo. Supongo que de haber escrito la novela habría puesto como nombre algún sustantivo bisílabo más.
  4. Convencida de que Los dioses de Amarán (como novela) jamás se publicaría, y con lo que me gustaba la especie insectoide, decidí incluirlos en el Universo Crow para que por lo menos alguien, aunque fueran mis jugadores, supieran de su existencia. Y así, en 2011 (si no recuerdo mal) aparecieron por primera vez en una partida.
  5. Por si no ha quedado bastante claro en el punto anterior, en efecto, Los dioses de Amarán y En tierra extraña forman parte del mismo escenario en el que se desarrolla la novela Horizonte Lunar. Y lo mismo ocurre con Fuego cruzado y La perversión de la luz, aunque ahí es más evidente porque dos de las especies que aparecen en estas novelas cortas son: bien protagonista en HL, o bien mencionada en la misma. Pero… ya hablaré de ello en la próxima entrada 😛
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