No tenía intención de escribir una entrada sobre los Ignotus. Como mucho iba a esperar a que la AEFCFT proporcionara más datos sobre las nominaciones (de momento solo están los de participación; no muy diferentes a los del año pasado) y ver si había algo interesante que mereciera la pena destacar. Pero después de leer algunos comentarios aquí y allá exclamé: WTF? Dicho para que nos entendamos todos: Pero ¿qué cojones…?
Este fue mi proceso mental:
Miércoles 4 de mayo, 7:00 de la mañana. Anda, mira, ya han salido los finalistas. A ver, a ver… Vaya. En la categoría de novela han salido todas las que sospechaba. No he leído ninguna, pero soy un hacha. Oh, solo una coincide con los finalistas del Celsius. Si ya decía yo que… ¿Y qué más? Huy, esto no me lo esperaba, esto ni puta idea, esto me suena, ¿esto lo he leído? Joder, cuánto fanboy tiene Corominas; ah, mira qué chulo: dos tías llevando una revista, tendré que darle un tiento…
Miércoles 4 de mayo, 11:40 de la mañana. Qué guay, tengo un hueco, voy a entrar en Twitter y a retwitter lo de los Ignotus. Vale, ya está. Y ahora a ver qué se cuenta la peña por ahí. Esto… ¿ein? ¿Eh? Pero ¿qué coño…?
¿Mi resumen, personalísimo, con lo leído? Pues: quiero mi polémica, ¡con patatas! Sad puppies, Rabits… ¡minucias! ¿Cómo es que no ha salido lo que yo he votado? ¿Quién se ha atrevido a votar esto? Por las barbas del tío Aurelio, ¿es que nadie va a decir nada? ¿Y los niños? ¿Es que nadie piensa en los niños?
En serio, basta. Lleváis años diciendo que esto es un premio a la popularidad. Cuando los finalistas los elegían entre cuatro socios de la AEFCFT, mal. Ahora que los eligen los mismos cuatro socios y ciento y pico personas más, mal.
Claro que nunca va a salir exactamente como quieres. Esa es la gracia. Aquí no hay un jurado especializado en cada categoría, sino voto popular. POPULAR.
Yo también flipé el año pasado. Peña aplaudiendo con las orejas por ciertas nominaciones que me dejaron con el culo torcido. ¿Y? Pues lo aceptas. Aceptas que tu voto no vale cien, sino uno, como el de los demás.
«Pero, pero… pero es que se nota que se han conchabado para que salga esto o esto otro». Ajá. Si sale lo que te gusta, bien, si no… ¿es una conspiración?
«¿Y las mujeres? Es que apenas hay mujeres. Casi lo mismo, lo mismo que ocurrió con los finalistas de la SN». Amos, no me jodas. ¿Quieres echar un vistazo a la base de datos de San Literfan y ver cuántas sacaron alguna publicación el año pasado? Venga, vamos a obviar que hay una autora finalista en novela (claro, claro, como eso es algo que pasa todos los años); que se sigue manteniendo que haya al menos una finalista en novela corta; que una mujer haya sido nominada por DOS artículos (otro caso muy común también, por supuesto, por supuesto); que dos tías saquen adelante una revista y acaben finalistas, que salga una ilustradora…, ¿sigo?
Ah, bueno, y luego están las ideas peregrinas: deleguemos la resposabilidad en la AEFCFT y que sea la asociación la que proponga candidatos, o que ella haga la labor de difusión, o propongamos un Sad Puppies a la española, o… En serio, ¿en serio?
Claro que con votar no basta. Tu voto vale un puntito, como el del resto. ¿Quieres que algo salga elegido? Pues promociónalo, dale publicidad, insiste, no lo pongas solo en el blog o en FB o en Twitter y esperes a que la semilla germine. Y cuando digo esto no me estoy refiriendo solo a cuando se abre el plazo de nominaciones, sino ya antes, mucho antes.
Esto es como todo. Para empezar, la telepatía no existe; para continuar y como le suelo decir a mi alumnos: no eres el estándar. Hay gustos a patadas, y matices ni te cuento. La democracia, querido, es lo que tiene. Pero claro, a lo mejor eres de los que opina que unos premios sin polémica no son premios.
Me quito el sombrero. Todo mi respeto, concordancia y admiración ante tan atinada entrada. Felicidad, como dicen los castizos “lo has clavao”. Un abrazo.
Asias. Una hace lo que puede ^^
Yo creo que lo que subyace a esa cierta incomodidad o recelo respecto a los Ignotus no es tanto que sea un voto popular, sino la sospecha de que no se vota en conciencia sino interesadamente. No tengo un larga experiencia el respecto (solo los he seguido los últimos 3 años) pero mi visión de recién llegado se puede resumir así:
Le he dado vueltas y no creo que haya un sistema perfecto, el actual es tan bueno o malo como otro que se adoptase (que también podría ser objeto de criticas). La popularidad del autor es un peso importante, y lo que se haya difundido la obra, pero eso es un mal inevitable: Nadie (en general) ha leído/conoce todas las novelas/artículos/revistas/cuentos nominados. La lucha en este terreno la tendría que pelear cada autor o editorial como tú dices. Lo que deja una sensación incomoda es cuando se tiene la sensación de que un grupo compacto de personas no vota lo que cree mejor, sino las obras de su ámbito de influencia, poniendo en entredicho la capacidad de la convocatoria para premiar la calidad. No se vota lo mejor, sino lo de los míos. Por tanto creo que no estamos tocando el tema central (el sistema es el que es, tan bueno o malo como otro) sino si los votantes que tenemos, los componentes del fandom, estamos más preocupados de que salga la obra de mi colega que premiar a la que es mejor. Vistos algunos resultados no puedo ser muy benévolo sobre nuestra ética en el voto a este respecto y creo (no se me tome por presunción lo que digo, soy demasiado nuevo para dar consejos a nadie) que haría falta una sincera autocrítica sobre qué o a quién votamos y por qué. Y que cada uno alce o agache la cabeza.
Autocrítica siempre. Ahora bien, no puedes meterme en la mente de alguien y decirle «Piensa antes de votar» (vaya, lo mismo sucede en política). La responsabilidad última es del individuo.
Mi papeleta de este año daba risa. Sabía quiénes eran nominables, pero tengo establecido como criterio no votar lo que no he leído. Ya sé que no es algo generalizado, pero quedo satisfecha conmigo misma. Ahora bien, no pateleo si no sale lo que creo que lo merece. Me da rabia, claro, aun así, concedo que ha habido gente que se ha tomado la molestia de pasar los trámites del censo y votar. Ya es bastante más que muchos. Y a la larga, como autora, en mi caso, lo que me interesa es que la gente me compre y me lea. Ser finalista o premiada no me asegura el éxito, sino un reconocimiento popular. A veces basta, pero para comer, no siempre. No sé si me explico.
¡Totalmente de acuerdo! Es lo que tiene la democracia, que cuando sale lo que a uno no le gusta es que el pueblo es tonto. Además de que se da por supuesto que el voto de la mayoría asegura que se vota a lo mejor (si fuese así los best-sellers serían los mejores libros) y el voto de la mayoría asegura eso, la preferecia de la mayoría.
Exactly!
Pues tal vez estoy espeso hoy, pero no te sigo 🙁
No se trata ni de reconvenir ni de juzgar el voto de nadie (¿quién sabe lo que habita en el corazón de cada hombre?). Los resultados hay que aceptarlos deportivamente, claro, pero dentro de la subjetividad que conlleva elegir siempre a un premiado hay a veces unos resultados más llamativos que otros, que inducen a la reflexión e incluso a la extrañeza.
Creo que hablamos de dos cosas distintas: una de ellas es el voto popular, que yo también defiendo y asumo, y otra el voto interesado (entiéndase el que obedece a razones distintas de la pura calidad de la obra) que, de existir alguno, es el que yo censuro y creo que iría en detrimento del prestigio de los Ignotus. No hay datos sobre ello, y tal vez no exista ninguno de este tipo o su porcentaje sea insignificante. Cosa que sería estupenda. Un saludo! 🙂
Está claro que hecha la ley, hecha la trampa. Yo creo que ese posible «lobby» es minoritario, o en todo caso: se aprovecha de la inactividad de los demás, al menos en primera ronda. Un sistema de este tipo no es perfecto, pero a mayor participación desde todos los ámbitos, más posibilidad de mayor representación. Mmm… ¿estamos hablando de lo mismo? Creo que ahora sí 😛