Esta es la segunda vez que voy a la ExpOtaku de Gijón y, como en la ocasión anterior, fui para apoyar/ayudar a mi asociación en el stand (primero fue la Nihon Yukokai —no sé si aún existe—, y ahora Expreso a Asia). Para mi sorpresa, a pesar de que había bastante más cosplay currado y la distribución estaba mucho mejor que en la primera edición (algo lógico y normal, por otro lado), la asistencia… no sé si decir que ha sido la misma, o peor.

Creo que no es descabellado decir que el principal problema ha sido el precio de la entrada: pagar 5 eurazos, si solo te apetece echar un vistazo, me parece excesivo. Que sí, que sí, que los propietarios de la franquicia ponen las reglas: el mismo precio para todas las ciudades de España, pero eso no quita para que siga siendo ridículo. No puedes comparar ciudades como Barcelona (con muchísimos más habitantes, con capacidad para traer a gente importante, la edición consolidada desde hace años, mayor impacto mediático y un largo etcétera) con Gijón. Lo siento, pero.

Así pasa. Llegué el domingo a la una y media, último día de la ExpOtaku, aquello tendría que estar hasta los topes, pero daba penita verlo. Las comparaciones pueden ser odiosas, pero las cosas como son. La edición de Metrópolis este año, misma hora, mismo sitio: desbordado de gente. ¿Precio de la entrada? Euro y medio. Y así pasa también: ir con ropa de calle y un chirimbolo en la cabeza te permite entrar gratis por ir de cosplay. WTF? Pues claro, es que no hay mucha peña, así que, que hagan bulto por lo menos. ¿Y qué queréis que os diga? Me parece un agravio comparativo para quienes se tomaron la molestia de currarse el disfraz, pero es lo que hay (lo que hubo).

Este era el aspecto a mediodía. Antes de llegar al pabellón y lo que te encontrabas nada más entrar.

A partir de las cuatro la cosa mejoró, y durante unas cuantas horas dio gusto ver a tanta gente. Aunque para cuando me fui (media hora antes del cierre de actividades), el ambiente había vuelto a decaer bastante.

Bueno, dejemos la parte negativa, porque las cosas como son: me lo pasé muy bien, y eso que estuve casi todo el tiempo en el stand. Conocer a gente nueva y ponerte a charrar de las mismas cosas que nos apasionan, pues me mola mucho, la verdad. Ah, y me encantó la charla (la única a la que pude acudir) sobre similitudes y diferencias entre el chino y el japonés. Sobre todo de la parte china, que no tengo ni idea (la japonesa ya me la conocía). Aunque sin duda, lo mejor, lo mejor: conocer un poco más a la gente de mi asociación, Expreso a Asia. Aún somos poquitos (se formó hace unos meses), pero ganas, ilusión e implicación están presentes en todos los miembros que la componen. Me sentí superorgullosa de pertenecer a ella.

Una de las actividades que realizamos fue el omikuji; oiga, todo un éxito. Allí estuvieron mis compañeras (y compañero) dando el callo desde las cuatro de la tarde (aunque llevaban horas antes preparándolo todo). También estuvieron tatuando a saco, escribiendo nombres para enmarcar (con la posibilidad de solicitarlo en chino, coreano o japonés)… Y como digo, el buen rollo y la implicación fueron totales.

No se ve muy bien en pequeño, pero si agrandáis la foto, en la de la izquierda, al fondo, se ve mucha más gente que a mediodía.

Qué ganas tenía de dar con una asociación en el que la gente no es pasiva, sino que participa de manera activa; que no mira por encima del hombro lo que se hace en otras asociaciones similares (es más, apoya la colaboración); que promueve la socialización entre los miembros; que no cobra a los socios por participar en las actividades que se organizan (ni descuentos ni mierdas, gratis), pero sobre todo: aborda las distintas culturas asiáticas (China, Taiwán, Corea, Japón, Filipinas…) por igual, sin minusvalorar ninguna. Así que, cómo no me lo iba a pasar bien estando en tan buena compañía.

La verdad es que también me habría gustado conocer a más gente de la Nikaku-Dan, pero claro, siendo los que organizaban el cotarro en Gijón, normal que no tuvieran demasiado tiempo. Solo coincidí con quien dio la charla, y con su presidente muy de pasada, pero me pareció gente maja. Ay, mira. Aprovecho para decir, si no quedó claro arriba, que lo de los precios no se lo estoy echando en cara a esta gente, sino a los responsables de la franquicia, que no es lo mismo. Ahora bien, si no van por ahí los tiros y la información que tengo es errónea, que alguien me corrija, plis.

Eso sí, me habría gustado preguntarle al presidente de la Nikaku-Dan si las dos charlas magufas incluidas en la programación (que nada tienen que ver con Japón ni con Asia en general) fue porque se les coló, porque les faltaban dos actividades para llenar el programa y aceptaron lo que había, porque como pasó lo mismo en Barcelona es la línea a seguir, porque les parece de lo más normal… Esperemos que la respuesta no sea ninguna de las dos últimas.

Orgullosa de mi gente, Expreso a Asia ^^

¿Conclusión? Fue una buena tarde, pero dudo (en mi caso) acudir por libre si el precio se mantiene (por mucho que haya charlas y actividades que me interesen, muchas no suelen coincidir en un mismo día —más ahora que empiezan de viernes). Una pena, porque de verdad creo que la ciudad se merece un evento así, y porque en cierta forma me parece injusto para los organizadores locales que se enmarronan todos los años para sacar el evento adelante. Una pena, sí.